Esta bonita finca-hotel fue cuidadosamente renovada en 2019 conservando el carácter original y el estilo rústico mallorquín. Las dos mansiones del siglo XVI, llenas de carácter y estilo original, fueron construidas originalmente por un capitán que le había dado la espalda a los océanos. El mástil de su último barco se convirtió en la viga del techo del gran salón de la casa principal. Ésta ofrece una gran entrada con dormitorio contiguo con baño en suite, salón con chimenea y terraza, así como cocina en la zona superior. En la planta baja hay dos dormitorio dobles con sus respectivos baños, uno de ellos con acceso desde el exterior y un almacén. La casa está equipada con calefacción central. El segundo edificio alberga 5 habitaciones más, las de la planta baja tienen acceso a pequeñas terrazas. El terreno cuenta con diferentes bancales, terrazas e incluso una zona de relajación donde se practica yoga. La gran piscina es ideal para refrescarse y disfrutar del sol mediterráneo